CONFESIONARIOS DE UNA NAVE ESPACIAL.

CUANDO TE VENGAN CON UN CHISTE, HAY QUE HACER TRES FILTROS, SEGÚN SOCRATES, EX-CENTROCAMPISTA DE LA SELELCCION BRASIL: PRIMERO QUE EL CHISTE SEA BUENO, SINO NO LO CUENTES; SEGUNDO, QUE EL CHISTE NO SEA TRILLADO, O RECIBIRAS UNA TRILLA Y TERCERO...SÍGUELO, QUE PAREZCA UN ACCIDENTE.
MARIO PUZZO


miércoles, 24 de noviembre de 2010

PEQUEÑAS DIFERENCIAS

PEQUEÑAS DIFERENCIAS

Entre el humor y el amor existen dos diferencias: una muda y una vocal. La vacuidad de la aseveración no tendría razón de ser, si no se escribieran tantos artículos y crónicas que por su contenido dejan mucho que desear. Lo anterior porque recuerdo a Henry Miller en varios de sus escritos: dejaban mucho que desear.

Bueno, hablemos de la muda, que así la llamó mi profesora Carmen cuando en las frías mañanas de noviembre abordaba ese tema frente a todos los monstruos que acechaban detrás de cada pupitre. La hache niños, es una letra que no tiene pronunciación, que se la escribe pero que no se la lee, porque es muda. De inmediato la imagen que se me vino a la cabeza fue la de “La Luisa”, la muda que trabajaba como doméstica en la casa de Los Moreno, y que de manera orgullosa, los mayores de esa patriarcal casa, la llamaban “La Mudita”, a la misma que le hacían cosas que aquí por pudor estético no se pueden contar y que sin embargo en “La mudita” siempre producían sonrisillas cómplices, cuando Alberto, uno de los hermanos mayores, hijos de Don Emilio Moreno, le hacía señas con las manos, como queriendo recordarle algún episodio pretérito cuando “La Mudita” se entregaba al lavado de ropa en la pila de lavadero y que por ende le tocaba dar la espalda a los inquietos adolescentes que la contemplaban en el patio con su vestido floreado, el que formaba una curva extrañamente provocadora al bajar el espinazo.

La otra diferencia: la vocal. El humor tiene u, el amor tiene a. La profesora Carmen (hoy es una anciana jubilada que teje suéteres para sus bisnietos en un local del laberíntico San Andresito de de San Juan de Pasto Rico) con su dulzura característica (bueno, los que queríamos ver dulzura, porque para los que perdieron el primero de primaria resulta indeleble su rostro amargo) desplegó su paciencia para enseñarnos las vocales. La “a” era una vocal, sin embargo, mi perturbada y distraída mente (siempre tuve problemas de atención en el aprendizaje, hasta ahora los tengo, espero que lo hayan notado) cuando procesó la palabra vocal se trasladó a otros espacios, otros ámbitos, otras atmósferas, otros pesados y enrarecidos aires que evocan las seis y media de la tarde de un octubre de mil novecientos sesenta y ocho en mi casa, cuando mi papá y mi mamá sostenían una acalorada discusión por una vocal, todo por una vocal. La vocal se llamaba Cristina y mi papá le sostenía a mi mamá que ella simplemente era una vocal, una simple vocal y que él no había tenido nada con ella, y que por ser ella vocal, él como presidente del sindicato tenía que tener contacto con ella y que obviamente más de una vez los tendrían que ver juntos, porque ella era una vocal y él, en su condición de directivo tenía que tener continua comunicación con la vocal de la junta. La verdad, la palabra vocal ya la conocía yo antes que la profesora Carmen la mencionara en su ritual de apostolado docente. En esa clase quedé muy confundido y elevado, al tanto que la señorita Carmen (así le decíamos) me sacó de clase por desatento, y me dijo que vaya hasta rectoría. Allá le conté al hermano Alonso lo sucedido y él se reía mucho de mi historia y repetía carcajeándose: “Cristina una vocal, Cristina una vocal, ja jaja..”. Yo lo miraba extrañado y confieso que nunca hicimos buena amistad con el hermano Alonso, que en la comunidad de los hermanos Maristas llegó a ocupar luego el cargo de Rector del Champagnat de La Soledad en Bogotá.

Ayer, caminando por la calle Mosquera de Tumaco, y como una nueva evidencia de que este mundo es fortuito y banal, pequeño como un pañuelo, en la esquina que une la Mosquera con la calle Sucre, coincidimos “La mudita” y “La vocal”. Ellas obviamente no me reconocieron, quizá no tenían porque, pero en mi memoria ahora muy atenta, sus rostros aparecían como un plano cinematográfico anunciando un flashback. Eran de una u otra manera protagonistas de un episodio de mi vida. Se me escapó una lágrima. Un niño que siempre me ofrece cocadas y que nunca le compro bajo la excusa de que soy diabético, me preguntó: ¿usted está llorando señor?. No mijo, es el sudor. No pude evitar la risa mientras me encaminaba con rumbo a la calle Caldas, con la sonrisa dibujada y la memoria mas despierta que nunca. El niño que vende cocadas seguirá pensando como en otras ocasiones: ese tío está loco.

viernes, 14 de mayo de 2010

APLICACIONES DE LA NANOTECNOLOGIA.

LA NANOTECNOLOGIA APLICADA EN LADILLAS PARA CAZAR CRIMINALES EXTREMADAMENTE PELIGROSOS.

La dinámica criminal en el mundo ha cambiado, de ahí que la interacción e interdisciplinariedad no mire de soslayo ciertos fenómenos que aquejan a nuestra sociedad.
Es Así como grupos de investigadores adscritos a la NASA (NEOPATAFISICOS ASOCIADOS SABIAMENTE AMBIGUOS) dispusieron de un retiro espiritual en el corregimiento de Arizona, municipio de Chachagüí, para rehacer un proyecto de reingeniería, donde la aplicación de la NANOTECNOLOGIA, pueda ser aplicada en la búsqueda de criminales extremadamente peligrosos.
Se discutió cual sería el mecanismo, y dado que todos últimamente habían dejado de experimentar con conejillos de Indias, para utilizar las LADILLAS, decidieron por unanimidad utilizar estos minúsculos animalejos, muy mal llamados "piojos ñatos", que habían sido mantenidos en el ostracismo por las Sociedades Entomológicas del mundo.

La idea en síntesis, consiste en instalar micro transmisores en seleccionados grupos de LADILLAS previamente amaestradas y luego instalarlas en los pubis frondosos de grupos de agentes secretas femeninas, las mismas que infiltrarán los lupanares y casas de lenocinio de orden nacional e internacional, ignominiosos sitios que suelen frecuentar la fauna de transgresores de la ley.

Se trata de un trabajo muy riesgoso, atendiendo a que las agentes secretas seleccionadas y portadoras de LADILLAS están expuestas a ser descubiertas, porque las LADILLAS portadoras del micro transmisor son selectivas y no soportan la pecueca, pseudoaroma ácido que cuando es detectado causa una reacción entre epiléptica y sinérgica en la agente secreta, lo que puede hacer sospechar al cliente de turno y por ende delatarla.

De todos modos la NASA, no dará su brazo a torcer en la colaboración que requieren las autoridades en su lucha contra el crimen organizado.

No se descarta que incluso caigan delincuentes de cuello blanco, que de igual manera sean proclives a las prepago domiciliarias, de ahí que entre las agentes secretas haya un grupo especialmente creado para estar alerta a esta situación.

(Hasta la próxima entrega....Danielito Bang).

jueves, 6 de mayo de 2010

SI ANTANAS HUBIESE TENIDO HEMORROIDES

Cada vez que termino una novela del célebre escritor ruso Isaac Asimov se me conmueve el extraterrestre que tengo por dentro. Ese mismo nibelungo que ronda en mis subterfugios dérmicos comienza a elucubrar y descalabrar conceptos.
Andrew Harlan, es el protagonista de “El Fin de la eternidad”, de Asimov y se mueve entre dos parámetros: el CMN (Cambio mínimo necesario) y el RMD (Resultado máximo deseado), que en conceptos einstenianos se podrían resumir en parpadeos de agujeros negros o acaso en par de pujos de dos esfínteres cósmicos a punto de crear un nuevo universo, para retomar también un poco el elevado lenguaje “mockusiano”, que jamás de entenderse ano positivo de Mockus.
Harlan es un viajero del tiempo encargado de alterarlo con un cambio mínimo necesario para llegar al resultado máximo deseado. A nivel de ejemplo: si Harlan es enviado al búnker para salvar a Hitler en el momento en que el triunfo de los aliados era inminente, se produciría un cambio mínimo necesario en el hilo del tiempo y la historia, aunque no supiéramos cual hubiese sido el resultado. Depende de quien enviaba a Harlan para obtener el resultado máximo deseado.
En cambio si Juan Manuel Santos, tuviera en sus manos manejar la máquina del tiempo y enviar a un Harlan hasta las épocas en que Antanas era rector de la Universidad Nacional, no dudaría en realizar un cambio mínimo necesario para obtener un resultado máximo deseado, al menos en este momento histórico en que a pesar de manipulación de información y de encuestas, Mockus lo supera en las mismas, superando el margen de error, prácticamente convirtiéndose virtualmente en el nuevo presidente de los colombianos. Lo repito, simplemente son elucubraciones de un nibelungo.
Imaginemos entonces, que para ese tiempo en que el profesor Mockus se dirigía a un bullicioso auditorio en la Universidad Nacional que lo abucheaba por su autoritarismo y por su desdén ante el reclamo que le hacían los estudiantes por la privatización de la Universidad pública, éste hubiese tenido una hemorroides de esas descomunales que necesitaban con urgencia la llegada de unas manos enguantadas de látex empuñando un bisturí. (Ya sabemos que en verdad, el que tuvo hemorroides de los tres tenores era Lucho Garzón y en su caso tuvo que mostrar su trasero en privado a los galenos que lo intervinieron de tan engorrosa molestia).
¿Cuál hubiese sido la reacción del auditorio?, ¿Hubiese sentido asco o simplemente se habría reído en un carcajón estruendoso al mirar los grotescos colgajos asomando entre las níveas y pecosas nalgas del matemático? ¿Habría tenido el mismo alcance simbólico que pretendía el profesor Mockus?, o por el contrario, ¿el profesor habría terminado mucho más irritado que sus propias hemorroides?.
En las probabilidades hipotéticas, quizá Mockus no hubiera sido alcalde de Bogotá, quizá no hubiera podido casarse encima de un elefante porque la irritación de aquella intempestiva vena rectal lo hubiera imposibilitado por la aspereza del lomo del paquidermo, animal que bien hubiera podido ser el mismo paquidermo que entró a hurtadillas al palacio de Nariño en el reinado de Ernesto Primero.
Quizá hubiera sido un jubilado mas, matemático incomprendido que habría preferido seguir metiéndose su varillo en los predios del Jardín de Freud de la Nacho, espacio que él había permitido consolidarse como una zona franca o acaso aeropuerto alterno para quienes quisieran despegar con combustible canábico en sus ratos de ocio.
Tampoco quiero pensar en la posibilidad de que Garavito hubiera estado en la primera fila del auditorio aquella vez en la Nacho....lo reafirmo, son elucubraciones de un nibelungo. Quizá Garavito hubiese experimentado una extraña y perversa catarsis al mirar un culo lituano tan ofrecido en sacrificio. En síntesis el culo de Mockus hubiera sido un cachetón mas, blanco, pecoso, dejando asomar sus rojizos pelos, pero a fin de cuentas culo intrascendente.
Pero la realidad es otra, y Juan Manuel no tiene la mínima posibilidad de recurrir a un Andrew Harlan para cambiar la historia. Antanas va a ser presidente de Colombia, gústeles o no, a los ultraderecha y a los mamertos que pretenden descalificarlo. En mi caso votaré por él, porque es limpio y plantea una posibilidad real de dar un paso adelante en el manejo transparente del erario público y así se disguste Amparo Grisales o Andrea Rincón, para bien o para mal, Antanas se ha ganado el honor de tener el culo más célebre de la historia de Colombia.

Daniel Olarte Mutis
29 de Abril de 2010.

lunes, 5 de abril de 2010

ME ANIME A SALIR DEL CLOSET.

Lo primero que pensé fue en mis hijos: que les diré, con qué cara voy a enfrentarlos después de haberles dado una férrea educación fundada en principios de moral y de buenas costumbres, luego de haberlos regañado y reprendido cuando noté que se iban a descarrilar; después pensé en mi esposa: que le diré a Claudia, después de tantos amaneceres juntos, de haberle profesado amor, de mirarla cara a cara todas las mañanas, de sentir su piel, su sonrisa, su olor, sus suaves palabras al amanecer, su mirada mientras desayunamos juntos, sus manos acariciando mi cara.
Resultaba inevitable que en seguida se me vinieran imágenes de todos los vecinos del edificio: Joaquín, quien siempre pensó que yo era el prototipo de hombre que encarnaba la honestidad y la transparencia; Carlos, quien me considera que he sido el mejor mediocampista del equipo de fútbol del edificio, y que dentro y fuera de la cancha he sido siempre ante todo un hombre a carta cabal; La señora Eulalia, mi empleada doméstica para quien soy el ícono, de lo que debe representar un hombre nuevo, un hombre de hogar, respetuoso y solidario con todo el mundo, un hombre que pregona sinceridad en sus palabras, que no le mentiría a nadie.
Por último pensé en mis padres: mi mamá, un gran manojo de virtudes, de una educación impecable, que me infundió confianza para que yo pudiera siempre depositar en ella mis secretos, una mujer que con su dulzura construyó en mí una fortaleza inexpugnable. Y por último mi papá, un hombre intachable, de igual férrea educación, de incontables buenos ejemplos. Como mirarlo de frente después de esta decisión. Sé que me sentiré avergonzado con él todo el resto de mi vida y no me lo perdonaré, pero esta decisión resulta inaplazable. Ya no puedo seguir en esta atmósfera de oscuridad, incertidumbre y desasosiego. Soy consciente que se formará un tremendo alboroto y mi vida cambiará. Todos se darán cuenta que no soy el hombre que les he demostrado ser, que he fingido ser. Resulta doloroso, sin embargo considero que es un acto de valentía, porque todos los hombres no tienen los cojones suficientes para tomar esta decisión, porque preferirán seguir en ese silencio desolador, en esa oscura soledad llena de oprobio, con olor de naftalina.
Es hora de hacerlo, la suerte está echada, ni un paso atrás, voy a salir del Clóset. Mi mano se desliza hasta el picaporte mientras pienso en hilar las palabras que utilizaré para enfrentar a quien debo enfrentar. Los oigo, se que están discutiendo, y en este momento él le increpa su rubor. Ella le responde que está con un poco de fiebre, él no le cree y la grita. Yo miro los hilillos de luz entrar a este clóset oscuro, donde me contemplo de reojo en el espejo, desnudo, patético, flaco, desgarbado, como amante furtivo en medio de trajes de paño. Salto y salgo, enfrento, tomo mi ropa y digo: perdón, perdón, perdón. Corro despavorido hacia la puerta del apartamento y mientras trato de colocarme el calzoncillo, siento el aliento calcinante y furioso del marido de Raquel en mi nuca.....donde me agarre me mata. Qué pena, que dirán los vecinos, que dirán mis hijos, mi esposa, mi mamá, mi papá. De todos modos es un acto de valentía o no?
DANIEL OLARTE MUTIS. Abril 5 de 2010

sábado, 3 de abril de 2010

LA DEPRE DE LA MUJER MARAVILLA.
Un día de esos difíciles, la Mujer Maravilla estaba muy triste y bajoneada porque no le había llegado la regla. Su problema era grande, pues en caso de estar preñada, no sabía de quien era el hijo que esperaba, teniendo en cuenta que se lo había dado a todos los superamigos en las tardes de aburrimiento cuando los criminales descansaban y en el cuartel de la Justicia solo reinaba el tedio.
Descartó a Supermán, porque la criptonita lo había dejado estéril y Luisa Lane, que también era amiga de ella le había comentado que a pesar que él era hombre de acero, lo único que no tenía de acero era el hombrecito de abajo.
También descartó a Flash, porque era eyaculador precoz y siempre que lo hacían, antes que pudiera metérselo terminaba almidonándole el cinturón.
Pensó que Átomo podría ser, sin embargo, el pequeño superhéroe, tan solo le procuraba placer meciéndose en rosáceo y maravilloso clítoris, hasta llevarla a momentos de paroxismo. En conclusión, era un consolador mas.
Batman y Robin tampoco podían ser, porque no obstante ser bisexuales, Robin no era de su gusto porque no la excitaba y Batman, aunque había copulado con ella varias veces, sus espermas nunca cuajaban por un problema de varicocele congénito, que incluso había empeorado por un patadón que le había pegado el Guasón fracturándole el testículo izquierdo, güeva en la que depositaba sus esperanzas de perpetuar la especie murciélaga, porque el experimento de trasplantarle un útero a Robin había fracasado.
Recordó entonces que Linterna Verde tuvo muchas revolcaditas con ella y aunque por un momento pensó que Linterna podía preñarla, anhelando que así al menos podría salir un superhéroe con más protagonismo producto de sus vueltas maravillosas y la magia de su anillo, Linterna un día terminó por confesarle, que antes de tener sexo con ella la primera vez, ya se había hecho practicar la vasectomía, porque según él, no valía la pena engendrar otro superhéroe insignificante y con tan poco brío, que incluso tuvo que ingresar al cuartel de los superamigos sin examen de admisión y con palancas.
El hombre Halcón por sus problemas de halitosis nunca pudo acceder a ella y tuvo que conformarse con echarse unos clandestinos polvos en las cumbres de los Andes y esperar el llamado de los superamigos, cuando por problemas con el medio ambiente necesitaran de un supernumerario, antes que un trascendental superhéroe.
Claro, pudo ser Aquamán. Recordó que en una misión conjunta, cuando lo ayudaba a combatir al Dr. Lamprea, en los últimos días, presos del júbilo por haberlo derrotado, ella se lo dio sin que Aquamán alcanzara a calzarse un condón. Sin embargo, recordó que tras hacerlo, Aquamán le confesó que estaba asistiendo a unas sesiones de gnosticismo, y por tanto no eyaculaba, procurando guardar para si su energía primigenia.
Carajo, ¿entonces quien podía ser? Bueno, pero primero lo primero. Entonces decidió ir hasta la farmacia más próxima y adquirió una prueba relámpago de embarazo. Listo, se metió al baño recordando que nunca le gustó la interpretación que de ella hizo Linda Carter. Sacó del estuche el tubito, orinó y.....oh sorpresa....negativo.
Uf, que problema, que problema que hubiera sido un hijo, sobre todo ahora, reflexionando sobre sus últimas relaciones lésbicas con Gatubela, que esa sí que de verdad era muy celosa.
En fin, ese día, la Mujer Maravilla, pudo descansar tranquila y cuando ya sus párpados maravillosos bajaban el telón, anheló que todos los superamigos estuvieran reunidos deseándole un feliz día, aunque fuera con un ramo de rosas comprado en una de las esquinas de la vía láctea.
Daniel Olarte Mutis (Marzo de 2010).
VARIACION A LAS MEDITACIONES PROHIBIDAS
Por Tales Diaz.

El candidato de siempre ha levantado su mano y comienza a preguntarse si la desinfectó bien con el gel antibacterial antes de comenzar con su oratoria. La verdad, es que sabe, que su discurso, a pesar de que está diseñado para corazones inocentes, blancos y limpios, ya no queda casi nada de eso, porque todos los que lo oyen saben que están ahí por asegurar el puestico, o porque al menos confiarán al verlo y será un digno vendedor de su voto.
Un niño come su helado de chocolate y solo le importa eso. En cambio su madre, una rubia de minifalda y labios carnosos, que lame y ronronea como gatita en celo, piensa que ójala su atuendo impacte al candidato y se filtre la posibilidad para que la emplee de secretaria y a ella no le importe que el político eyacule horas extras. Un caballo de bronce (con surcos de hongos y verdosidades propias de la ausencia de mantenimiento), que está en el centro de la plaza y sirve de corcel para el impávido Bolívar, quisiera desbocarse por el parque saltando sobre la banca de los ancianos jubilados, pero se contiene, mira de reojo para que nadie se dé cuenta, que el candidato nunca lo ha convencido, no obstante haberlo escuchado más de una vez en esa plaza. El candidato dice que ha llegado la hora del cambio, sabe que no es así y que entre manos tiene más de un torcido con varios contratistas para desfalcar al municipio. Ojalá que su voz quemara la tarde e hiciera arder los bosques, como un tal Gaitán del que le habló su abuela, pero su lengua domada por el perenne fuego de la domesticación, le indica que tan solo debe decir lo que le aconsejaron, que hay que utilizar palabras bonitas para que el pueblo se redima en virtud en medio de la farsa, creyéndose una vez mas que la paz, el amor y las angustias de todos los días, de todos los hombres, van a desaparecer después de elecciones.
Al candidato no le queda otra opción dentro de su costal de cinismo que jurar por dios, para ablandar el corazón de los más incrédulos, y al tendero de la esquina que lo conoce bien, solo se lo oye exclamar entre susurros: “Pobre hijo de Puta, cara de Iragorri (el nombre puede ser cambiado a gusto de quien haga otra variación), se estremece y quiere sacar del armario una escopeta calibre 16 de perdigones, para que valga la pena algún día pisar ña cárcel y callar a ese cabró habla mierda.
El candidato ofrece sus manos y saluda a uno por uno, sin dejar de pensar en que ójala no me contagien estos piojosos, harapientos, pecuecudos. La gente siente que los minutos han pasado y el compromiso con el gamonal que los invitó a la concentración, era el de un almuerzo de combate para los que estuvieran atentos y vitorearan al candidato. La única promesa que les importa es que les cumplan con el almuerzo y que ójala se les cuele un petaco de cerveza.
Una niña de trencitas con un girasol amarillo entre las manos, le pide al niño que le regale una chupada de helado y el niño le hace pistola. La niña berrea y lo acusa con su mamá. Ésta que también está de minifalda y aspira a copular algún día con el candidato se decide a comprarle un helado. El caballo de bronce vuelve a mirar de reojo.
El candidato sonríe sarcásticamente y sabe por un mensaje de texto que le acaba de llegar, que los trescientos millones que le faltaban para la compra de votos le acabaron de llegar en dos maletas y entonces esa sonrisa le llena el estómago. Su sonrisa comunica, llena de entusiasmo las hormonas, aleja los enojos y excita a los enamorados.
El candidato dice lo que dice, y cree que todos le creen, que tienen confianza en su palabra, en su dignidad, en su honor, en su sonrisa y en sus gestos, sin embargo el mismo lo sabe, que todos son hipócritas, que nadie está ahí porque quiere y que ruegan que él acabe con su patético discurso. Lo único que les interesa es irse para el almuerzo y acordar como será la forma de recibir los cincuenta mil pesos el día que rayen el tarjetón, no les importa si llegará al cielo o que se pudra en el infierno, saben que a él le gusta que lo miren como un Santo, y que ojalá pueda mantenerlo en el puesto público que ocupan.
El candidato se va, y nuestros corazones palpitan menos porque el estómago tiene una esperanza. Su publicidad desparramada por el piso nos recuerda que ese desperdicio al menos podría dar los primeros pasos de una gran solución de vivienda popular, y por eso jamás se comerán el cuento que sus palabras encarnan la justicia, la verdad y el progreso y el hecho de que tengamos que votar por su partido, es una costumbre rutinaria de cada dos o cuatro años.
El candidato ha terminado de vociferar y cree que sus palabras generaron el hipnotismo de otras ocasiones, sin embargo la voz de su conciencia le recuerda que la respuesta en las urnas tan solo es la consecuencia de los votos que compró, porque si de algo está convencido es que en Colombia, comenzando por el Cauca, esto es una plutocracia.
Luego de meditar recordamos que tenemos pendiente un beso con la mujer que creemos que amamos… y que de regreso a casa hay que comprar condones, porque una preñez en esta situación, nos generará hasta la antipatía del perro que nos lame los zapatos.